Madrid 20 de Enero de 2024
Nota: Este contenido es la expresión de un descontento individual y no refleja el pensamiento de todos los miembros del grupo estudiantil al que pertenezco.
CARTA ABIERTA AL FESTIVAL OSCILACIONES 2024.
Me vi obligado a abandonar mi participación en el Festival Oscilaciones.
Lo que estáis presenciando este acto. Esta es mi respuesta, mi protesta y mi indignación hacia la organización del Festival Oscilaciones, que se está celebrando ahora en el interior, en el Círculo de Bellas Artes, entre las 11 y las 14 horas. Ese es el mismo tiempo que pretendo estar en este lugar público, donde puedo expresar libremente, a través del arte, el trato que he recibido del Festival.
Soy estudiante y artista residente de la escuela SUR, acogida por el Círculo de Bellas Artes. He tenido el privilegio, gracias a mi trayectoria, mi trabajo y la confianza depositada en mí por la dirección de la escuela, de que mis estudios fueran financiados por una empresa que me concedió una beca para cursar este Máster en Artes. Formo parte de un grupo de 12 estudiantes, mis compañeros de viaje. Elegimos estudiar y perfeccionarnos dentro de lo que se considera un referente de la creación, del pensamiento y del diálogo sobre el arte en España y por qué no en Europa. Por aquí han pasado y pasan nombres importantes del panorama artístico mundial. Por eso lo elegí y estoy encantado de poder vivir esta experiencia. Un espacio donde por fin puedo crear, recibir feedbacks y por fin disponer de los recursos mínimos para explorar y crear. Exponer. Entrar en contacto con el público. Pero la realidad con relación a este festival, fue muy diferente de lo que esperaba.
En octubre de 2023, recibimos una propuesta del Festival Oscilaciones: crear un proyecto de instalación que se expondría, si se aprobaba y cumplía todos los requisitos del festival y del Círculo, el 20 de enero de 2024. El Festival asignaría a cada estudiante un espacio cedido por el edificio y nosotros crearíamos algo específico para el espacio (de ahí el término site specífic). Crear el proyecto y participar en el festival no era obligatorio. Participaríamos si quisiéramos.
¿Qué puede no gustarle? ¿No sería una oportunidad maravillosa para exponer nuestras creaciones? ¿Qué más podría desear un estudiante artista?
¿Un surfista no querría surfear? ¿Un cocinero preparar una gran cena? ¿Un atleta participar en un campeonato? Para eso nos estamos formando.
Por eso nos sometimos a las precarias condiciones que nos ofrecía el festival. A cambio del "gran favor" de que nos cedieran un espacio dentro del icónico Edificio del Círculo de Bellas Artes.
Aceptamos las primeras condiciones:
- Cada artista recibirá 20 euros para ayudar a la producción.
- Cada artista dispondrá de unas 8 horas para montarlo, sin ayuda de nadie del equipo técnico.
- El material que necesitemos para el montaje, si el Círculo dispone de él, deberá ser compartido por todos durante este tiempo de montaje.
- No existe una lista de materiales técnicos definidos que podríamos utilizar o que estén disponibles para su uso.
- No se presentaron los planos de los locales que íbamos a utilizar. Los artistas tuvieron que encontrar por su cuenta los planos de sus respectivos espacios designados.
- La exposición durará 4 horas. (Esta semana se ha reducido a 3 horas).
- Todos los proyectos tuvieron que cumplir los criterios establecidos por el Festival, pasar la aprobación conceptual de los organizadores del evento y la viabilidad concreta del equipo de mantenimiento del Círculo, antes de poder ser finalmente expuestos.
Así es, varios días e incluso meses de creación y proceso. Con 20 euros de ayuda para una exposición que duraría cuatro horas. El Festival se mostró muy profesional al presentar unas condiciones tan precarias a los artistas. Y, sin embargo, queríamos hacerlo. Con una terrible sensación de impotencia y falta de apoyo, pero con la esperanza de que fuera una bonita experiencia. Una oportunidad de poner algo en nuestro currículum artístico. De tener por fin un espacio importante para exponer. Cada uno tenía su propia motivación, pero nadie se bajó del barco en ese momento.
Éramos 12, con 12 espacios diferentes. De todos modos, todos estaban dispuestos a participar. ¿Y qué quedó al final? Cuatro proyectos. Sólo cuatro artistas guerreros consiguieron superar todas las adversidades y obstáculos impuestos por el festival y llegar hasta hoy con sus creaciones expuestas. Son mis compañeros de viaje y están presentando lo mejor de sí mismos dadas las circunstancias. Y les invito encarecidamente a que entren a ver sus hermosas obras.
La reducción de 12 a 4 no tiene nada que ver con la no aprobación, la falta de calidad del proyecto o la imposibilidad de producirlo. En absoluto. Los artistas desistieron. Cada uno tenía una razón específica para no poder o no querer participar en el festival.
Sólo puedo hablar de la mía.
En noviembre de 2023 me asignaron la sala Juana Mordó, un espacio en el sótano que tenía una parte de su area restringida porque estaba en obras. Mi primera pregunta fue si estaría lista para enero. La respuesta era que probablemente sí. Pero no había forma de determinarlo. Entonces pedí ver la otra parte de la sala para entender cómo podría crear, dado que el tema principal del festival es crear a partir de un espacio determinado y específicamente para él.
Mi petición de entrar para ver la parte que estaba en construcción no fue aceptada, y no hubo ningún esfuerzo para que entrara y viera lo que estaba cubierto. No sabía si crear algo para la mitad del espacio o para todo el espacio. Como no era posible, decidí adaptarme y crear para el espacio que estaba libre y visible. No tenía elección.
Entregué el proyecto a tiempo y cubriendo los requisitos para mi participación. Todo el material y las solicitudes de intervención en el espacio fueron enviados para su aprobación por el festival y el equipo de mantenimiento del edificio.
El 19 de diciembre, me alegré de que aprobaran mi idea. Sin embargo, el 21 de diciembre recibí la notificación de que tendría que adaptar partes claves de la propuesta por motivos de seguridad. Ese mismo día, respondí a la organización sobre las alternativas y esperé la confirmación para poder proceder a la compra de materiales. Volví a preguntar si la sala estaría completamente libre y solicité que, en caso afirmativo, me permitieran conservar la estructura utilizada para dividir la sala durante el periodo de construcción. Sólo iba a utilizar el espacio en el que pudiera estar durante todo este periodo.
El festival no hizo ningún comentario. Esperé hasta el 12 de enero, cuando envié otro correo electrónico al organizador del festival sobre mis peticiones, faltaban 8 días y no sabía cómo seguir adelante. Otro correo quedó sin respuesta. Al día siguiente recibimos un comunicado del festival pidiendo confirmación a los artistas sobre si participarían o no en el festival. Envié otro correo electrónico pidiendo una respuesta a mis preguntas.
Después de este tercer intento, 22 días más tarde y a falta de seis días para el montaje, el 13 de enero recibí por fin un correo electrónico de la organización del festival en el que no aceptaba ninguna de las alternativas que había propuesto, y tampoco me confirmaban si la sala estaría libre o no, y si estaba libre la estructura que había solicitado no estaría allí. Que debía presentar un plan B para mi propuesta. Sin ningún tipo de diálogo, a falta de seis días, tenía que presentar otro plan, enviarlo, ver si lo aprobaban y poder comprar lo que necesitaba con mi propio dinero, todo ello en cinco días. Ante esta situación, no tuve más remedio que renunciar a mi participación.
No puedo decir por qué estas directrices me fueron enviadas tan cerca de la fecha del festival, después de que yo las hubiera buscado de antemano. Sin embargo, o bien fue una forma eficaz de impedirme seguir adelante con el proceso, o bien una clara demostración de falta de organización y consideración hacia mi como profesional artista.
En ambos casos, esto va en contra de la pretendida seriedad del festival, ya que mientras exigía de los participantes puntualidad y excelencia en nuestras propuestas, por otro lado nos encontrábamos con la improvisación, falta de medios y compromiso (plan de difusión y material aún sin poner en marcha, falta de claridad sobre cómo estaría mi espacio el día del montaje, tardanza en la respuesta e incertidumbre sobre qué tipo de materiales nos podrían ofrecer). Si se nos exigen ciertos niveles de profesionalidad, lo menos que podemos esperar es que se nos ofrezca el mismo nivel de compromiso.
Ese mismo día, el 13 de enero, envié mi notificación de no participación en el festival, expresando todo mi descontento y mi sentimiento de valer menos. Porque nunca había vivido una situación en la que mi proceso y mi creación como artista, persona y profesional del arte estuvieran tan infravalorados. Hasta ahora, antes de iniciar esta manifestación, no había recibido ni una sola respuesta por parte del festival.
Gracias por llegar hasta Aquí,
LuCa Ayres.
SI QUIERES HACER PARTE DEL ACTO – EN LA BOLSA ROJA QUE LLEVO HAY HILOS Y TIJERA CORTE LO QUE QUIERAS DEL HILO Y DEPOSITA EN CUALQUIER PARTE DEL EDIFICIO QUE TE PAREZCA BIEN.
SI TIENES CURIOSIDAD SOBRE EL PROYECTO QUE SERIA PRESENTADO Y EL PROCESO CLICA AQUÍ. Y BAJA EL
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